El respeto a la persona y su dignidad nos han movido en la acción educativa. Intentamos educar desarrollando el sentido crítico para vivir la libertad, la justicia y la paz. Trabajamos para que la solidaridad enraíce en las personas, de tal manera que nos sintamos comprometidas en la construcción de un mundo querido por Dios, en el que todos tengamos la posibilidad de experimentar la fraternidad. Desde los colegios, guarderías, residencias universitarias, promoción de la mujer
y campesina, alfabetización, etc. desarrollamos y compartimos la vocación educadora con el deseo y la esperanza de facilitar a las nuevas generaciones los instrumentos que les permitan ser agentes de su propia formación y les posibilite crecer en sensibilidad hacia los más desfavorecidos. La educación continúa siendo la apuesta de la mujer y del hombre para contribuir de una manera creativa a las luchas y esperanzas de un mundo que se abre
constantemente a nuevas posibilidades.

Nuestro seguimiento de Jesús misionero que “pasó haciendo el bien, enseñando y curando” nos acerca a nuestros hermanos que sufren. Queremos poner nuestra alma al servicio de esos que sufren, procurando cuidados con amor y sentido de humanidad. Esta intención, además:
a) Nos hace crecer en la experiencia de Dios encarnado, tocando el dolor con entrañas de misericordia.
b) Acompañando su tristeza, su abandono y promoviendo la generación de vida, desde la perspectiva de la confianza en Dios sin reservas, que nos lleva a salir al paso de todo tipo de enfermedades y epidemias y situaciones indignas de cualquier ser humano.

- Promoción de la mujer.
Nuestro compromiso como mujeres, y mujeres consagradas es luchar para que la mujer ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad y que, muchas veces, le es negado por las estructuras injustas impuestas por tantos siglos.
Pretendemos recuperar la dignidad de la mujer, su autoestima, redescubrir sus potencialidades, sus posibilidades de formación y su alegría.
Lo realizamos mediante escuelas de promoción, alfabetización, escuelas-hogar, escuelas artesanales, educación de la salud, economía doméstica, colaborando con otras entidades y fundaciones.
- Promoción campesina.
Los pobres no están en situación de pobreza sólo por falta de capacidad, de iniciativas o de medios para llevar una vida digna, sino también por la organización económica mundial a favor de unos pocos. Nuestra respuesta como MIC es escuchar, tratar de comprender, vivir con ellos su pasión, organizarnos en comités, en comunidades, educando y creando conciencia crítica, teniendo como base el anuncio evangélico.
- Exclusión social.
Nos hacemos presentes en realidades marginales de las grandes ciudades, centros de acogida de inmigrantes, de atención a marinos, de transeúntes, seguimiento a familias en situación de exclusión social, refuerzos educativos para infancia en situación de riesgo social, inserción laboral para jóvenes, etc.
- Promoción de la justicia y los derechos humanos.
Colaboramos con instituciones que trabajan a favor de la justicia y derechos humanos.
- Voluntariado.
Pretendemos que los jóvenes tomen conciencia desde su compromiso cristiano de unas realidades desconocidas, se sensibilicen, se solidaricen y den una respuesta desde sus posibilidades. Animación de tiempo libre, campos de misión con jóvenes, catequesis, etc.

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Comunicado web sobre la LOPD (Protección de datos personales).

Se abre en esta web una nueva sección llamada "Hermanas en la otra orilla". Pretendemos crear un espacio donde poder recordar a todas aquellas hermanas que ya cumplieron su misión y se trasladaron "a la otra orilla". Dignificar su paso por aquí, rememorar su contribución, festejar que la vida sigue al otro lado. Gracias por tanto.